Ratas más agresivas y caníbales tras el confinamiento
La crisis ocasionada por la Covid-19 no ha generado solamente un desastre social y económico. También ha producido cambios en el comportamiento de los animales y el medio ambiente. Distintas especies han decidido presenciar la ausencia de humanos en las calles y se han acercado a pasear por los centros de grandes ciudades, sitios que a su vez están mucho más limpios que antes.
Esta podría ser una de las postales más curiosas de la situación, y hasta se podría tomar como un mensaje profundo de la naturaleza hacia la presencia invasiva de las personas en su entorno. Pero no solo ha cambiado momentáneamente el comportamiento de algunos animales, sino que también lo está haciendo de forma permanente en el caso de las ratas.
Porque el resto de especies regresará a sus hábitats naturales a medida que se vaya reactivando la actividad de los humanos, pero las ratas parecen haber adquirido una particular forma de hacer frente a estos cambios que promete modificar por completo sus hábitos alimenticios.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, los roedores podrían estar presentando comportamientos más agresivos ante la escasez de comida, teniendo en cuenta que su principal fuente de alimentación son los desechos de los humanos. Con el cierre de la mayoría de los comercios y restaurantes, la cantidad de basura ha disminuido considerablemente.
Por este motivo, las ratas están adoptando comportamientos más agresivos y, en algunos casos, están recurriendo al canibalismo. Si bien esta es una característica que a veces presentan los roedores, con el confinamiento y la escasez de desechos se ha acentuado notablemente.
Y el tema no termina aquí: otro punto relevante es que sin alimentos disponibles, las plagas podrían salir a buscar comida y multiplicarse en sitios donde antes no lo hacían. Por eso es muy importante realizar controles y una correcta desinfección para evitarlas.
Las ratas son un foco importante de transmisión de enfermedades e infecciones, están relacionadas con 55 patógenos diferentes, además de roer madera y cables eléctricos. Solamente en Barcelona se calcula que viven más de 200.000 en las alcantarillas de la ciudad.